Mi experiencia con el insomnio por ansiedad.

Según mi experiencia, el insomnio por ansiedad es debido a que tu rumiación extrema se activa a la hora de acostarte, lo que te impide dormir. Es una cuestión de hábitos saludables antes de ir a la cama. Y la verdad, reconócelo, no los tenemos.
Mi manera de ir a dormir cuando tenía ansiedad era, ahora lo veo, una de las causas de que tuviera ansiedad. Pero como suele pasar, es como un pez que se muerde la cola. Crees que no duermes porque tienes ansiedad, pero te lleva a tener más ansiedad no dormir.

Mi rutina cuando sufría ansiedad

 

Llegaba de trabajar a casa a las siete de la tarde y lo primero que hacía era merendar unas galletas y un café. A veces si quedaba con alguien era más idóneo tomar unas patatas bravas y una cerveza. Después me ponía a ver la tele un rato, alguna serie que me gustara, algo sencillo que no me hiciera pensar. Esto hasta la hora de cenar, la hora del premio, pensaba yo. Un buen plato de pasta o arroz y un segundo, normalmente pescado o carne, y algo de patatas chips. De postre, un yogur con un poco de chocolate.Todo esto lo engullía delante de la tele mientras seguía consumiendo series. Llegaban las once de la noche y, normalmente, no siempre pues a veces me controlaba, cuando hacía una hora que no comía, me dirigía a la cocina para prepararme un bol de cereales con leche.
Seguía consumiendo televisión. Sobre la una de la madrugada me acostaba, un rato de Instagram o YouTube y a dormir. Muchos días daba infinitas vueltas antes de poder conciliar el sueño, pero finalmente me dormía. A las siete de la mañana me levantaba para ir trabajar, entraba a las ocho a la oficina.
Esta era mi rutina todos los días.

¿Te suena todo esto?

Si te sientes identificado, no sufras mucho, en realidad es la rutina del noventa por ciento de la población. Pero, como siempre, es mucho mejor identificarte con el diez por ciento restante. Vamos a analizar un poco qué pasa con este tipo de rutina.

En primer lugar, a partir de las siete de la tarde mi cuerpo empezaba a recibir una cantidad de alimentos de consumo rápido y, en consecuencia, una explosión de energía rápida que no necesitaba, pues de siete a una de la madrugada mi culo no se movía del sofá prácticamente para nada. Al hacer esto le estaba diciendo a mi cerebro que necesitaba energía para continuar en marcha esas horas.
Hay dos maneras de conseguir restaurar la energía, comiendo y durmiendo. Si no hacía una, me tocaba hacer la otra. Es curioso comprobar cómo llegamos a casa cansados y el cuerpo nos dice «estoy cansado», y en vez de procurarle descanso lo que hacemos es forzarlo para que haga unas actividades que no nos aportan nada.

Además, en esta rutina hay un exceso de pantallas lumínicas. Y si le das luz artificial a tu cerebro, este piensa que es de día y activa el cuerpo para estar a tope en vez de relajarlo.Y encima al llegar a la cama lo último que hago es coger el móvil y darle más luz justo delante de la glándula pineal (entre los dos ojos), que se encarga de estos temas. Ya tengo el insomnio servido, pues es la fórmula mágica para tenerlo.

Mi rutina de hoy

Hoy mi rutina es muy distinta. Llego a casa sobre la misma hora, a las siete, me doy una ducha y me pongo cómodo. Ahora tengo tres hijos, así que me encargo junto a mi mujer, de hacer la cena  y acostarlos. Se hacen las nueve. Intentamos cenar ligero, una crema de verduras es lo habitual.

Después miro un rato la televisión; me encantan los documentales, así que normalmente escojo esto. A las diez de la noche apago la tele y me pongo a leer en el comedor, con el mínimo de luz posible. A las once me voy a la cama, me acuesto, cuento hasta diez y ya estoy durmiendo.
Esta nueva rutina emula mucho mejor la naturaleza, preparo mi cuerpo poco a poco para ir a dormir. Primero no le doy de comer, y le digo que si está cansado lo sienta y que ahora iremos a dormir. Después le voy apagando las luces poco a poco, como si fuera el sol que se está poniendo. Eso permite también que mi cerebro interprete que es de noche y empiece a segregar melatonina para inducirme al sueño.Evidentemente, a los tres segundos de estar en la cama estoy dormido.

Los seis pasos antes de acostarte

Para empezar a cambiar esta rutina aplicaremos los seis pasos para ir a dormir, verás que si empiezas a aplicar estos nuevos hábitos, en pocas semanas tu sueño se habrá regulado. Te los cuento en este video, yo los hago cada noche, solo tienes que seguirme. ¿Los hacemos juntos?

La importancia de los hábitos

Espero que con este sencillo video veas la importancia de tener una buena rutina llena de hábitos poderosos. Son estos los que consiguen que tu cerebro reaccione de manera positiva a estos cambios, y al final verás cómo no te cuesta nada hacerlos. A mi, a día de hoy no se me ocurre otra manera de ir a dormir.

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